Prevención a los desastres naturales

La prevención es, al final del día, la única posibilidad que la humanidad tiene frente a las potentes fuerzas del medio ambiente.

Prepararse para resistir un sismo y edificar teniendo en cuenta que se vive en zona sísmica, o diseñar y mantener buenos sistemas de drenaje para enfrentar mejor las temporadas lluviosas, incluso contar con planes de contingencia y evacuación y una población informada y preparada, pueden ser algunas de las medidas más eficientes para salvaguardar vidas humanas en casos de desastre.

Los gobiernos más responsables se comprometen con mantener a su población informada al respecto.

Responsabilidades del Ser Humano.

En muchos casos, las acciones humanas pueden conducir a desastres naturales o pueden aumentar su frecuencia. Esto no significa que sean su responsabilidad directa, pero sí que no se han tomado las medidas para disminuir el riesgo, sino todo lo contrario.

Por ejemplo, el incremento en los márgenes de contaminación atmosférica conduce al efecto invernadero y éste al calentamiento global, que incide en el clima acarreando sequías, tormentas huracanadas, inundaciones y otros fenómenos parecidos, que a menudo ocurren fuera de temporada, tomando a la humanidad por sorpresa.

Otro ejemplo típico es la edificación irresponsable, que urbaniza el cauce de antiguos ríos o en zonas aledañas a un volcán activo, exponiendo a la población a una tragedia.

Los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas y de otros grupos que estudian el medio ambiente por disminuir los desastres naturales, produjeron una serie de protocolos de regulación de la actividad contaminante humana y de campañas informativas en zonas vulnerables, como es la celebración del Día Internacional para la Reducción de los Desastres, celebrado el segundo miércoles de Octubre.