Flora y fauna del período cretácico
En el comienzo del período Cretácico, se produjo un evento revolucionario en el mundo botánico: aparecieron las primeras plantas con flores, semillas y frutos, denominadas angiospermas. Su éxito evolutivo fue tal, que en solo 20 millones de años los niveles de polen de estas plantas aumentaron del 1 % al 40 %. Así, hacia fines del período, ya existían 50 de las 500 familias modernas conocidas, tales como hayas, higueras, abedules, acebos, magnolias, robles, palmeras, sicomoros, nogales y sauces.
La labor de los insectos fue clave en los procesos de polinización, y las plantas debieron atraerlos mediante secreciones dulces y colores llamativos. La primera abeja del Cretácico, por ejemplo, se descubrió en 2006, en Myanmar. Estaba preservada en ámbar y se cree que tiene más de 100 millones de años de antigüedad. Por eso puede afirmarse que los insectos y las angiospermas evolucionaron conjuntamente.
Otro tanto ocurrió con las plantas gimnospermas, alimento consumido por los grandes dinosaurios herbívoros, que desarrollaron espinas, sabores desagradables y otros mecanismos de defensa para impedir que se comieran sus porciones superiores, donde más sol recibían. Esta presión evolutiva resultó en una enorme diversificación de las especies vegetales.
En cuanto a la fauna, la vida animal en el Cretácico alcanzó importantes niveles de diversificación, fruto de la competencia iniciada en el Jurásico.
En los mares se encontraban especies de amonitas, peces de diverso tamaño y grandes reptiles acuáticos, como los plesiosaurios, de cuello muy largo, y los mosasaurios, ambos feroces depredadores. También aparecieron los primeros tiburones, rayas y tortugas, que reemplazaron a los extintos ictiosaurios.
Además, continuó la transformación de los dinosaurios alados en aves. Los mamíferos, por su parte, siguieron siendo un grupo pequeño, poco importante y menor de la fauna, aunque mucho más diverso que en períodos anteriores.
En los continentes, el mundo animal seguía dominado por los dinosaurios, con grandes depredadores terrestres como el Tyrannosaurus rex, el Carnotaurus, el Spinosaurus y los raptores (Velociraptor y Deinonychus).
En el Cretácico se formaron los depósitos de materia orgánica animal y vegetal que luego constituyeron las grandes reservas de petróleo del mundo entero, entre ellas, las del golfo Pérsico, el golfo de México y las costas de Venezuela.
Se llama Evento K-Pg (Cretácico-Paleógeno) a la extinción masiva de especies animales y vegetales a finales del período cretácico. En dicho evento, se extinguieron todos los dinosaurios de tierra y de mar, y gran parte de otras especies diferentes, de una manera repentina.
Se sabe que sobrevivieron buena parte de los reptiles terrestres de menor tamaño (salamandras, tortugas, serpientes, cocodrilos), insectos, anfibios y mamíferos placentarios, así como buena parte de los pobladores marinos invertebrados.
P/Enciclopedia Humanidades.