Los Dinosaurios -3

Ornitópodo: iguanodonte.

Los ornitópodos constituyeron el grupo más abundante al final del período cretácico. Aunque eran bípedos, podían adoptar una posición en cuatro patas. Su dentadura estaba hecha para rasgar y romper material vegetal y se componía de cientos de dientes compactos, evidencia de que ingerían grandes volúmenes de comida. Un típico dinosaurio perteneciente a este grupo era el iguanodonte, de 4 a 5 m de altura, cuyas huellas semejaban las de un avestruz.

Estegosaurio: estegosaurio.

Los estegosaurios, como el resto de los Ornitisquios, eran herbívoros, de cabeza y dientes muy pequeños, tenían el cerebro del tamaño de una nuez, si bien podían pesar hasta 2 t. Su rasgo distintivo consistía en dos filas de placas óseas eréctiles alternadas a lo largo de su espalda y su cola, cuya función es aún hoy muy discutida. Se encontraron evidencias de que dichas placas estaban vascularizadas y podrían haber tenido una función en la regulación de la temperatura del animal, al permitir un intercambio rápido de calor con el medio; se postula también que les pudieron haber servido de defensa. Un ejemplar de este grupo lleva el mismo nombre: estegosaurio.

Anquilosaurio: anquilosaurio.

Los anquilosaurios eran animales bajos y de patas cortas y fuertes. Tenían una suerte de armadura rígida y resistente de placas óseas que cubría sus patas y su espalda. El anquilosaurio era un ejemplar típico de este grupo, con una cola gruesa y robusta que terminaba en forma de mazo óseo y podía tener un efecto mortífero sobre sus posibles atacantes.

Ceratosaurio: triceratops.

Los ceratosaurios fueron los dinosaurios que aparecieron más tardíamente, en el período cretácico superior. Tenían cuernos y cabezas grandes, y mandíbulas con un pico en su parte delantera que cubría una serie de dientes cortadores. Su cuerpo estaba cubierto por una piel correosa. Aunque eran herbívoros, estos dinosaurios eran muy capaces de defenderse y hasta los feroces terópodos se cuidaban de atacarlos si andaban en grupo. Uno de sus miembros más conocidos (y uno de los últimos dinosaurios en desaparecer) era el triceratops. Los cuernos de este dinosaurio semejaban los de un rinoceronte actual; además, el animal poseía un reborde óseo que se proyectaba por detrás del cráneo y le colgaba sobre la nuca.

Saurisquios

El orden de los Saurisquios tenía su pelvis en una disposición trirradiada, como los modernos cocodrilos. El pubis apuntaba hacia adelante formando un ángulo con el isquion, que se orientaba hacia atrás. Los saurisquios se dividían a su vez en dos subórdenes: los terópodos, carnívoros, y los saurópodos, grandes herbívoros, ambos muy diferentes y probablemente distantes entre sí en el proceso evolutivo.