Cómo evolucionaron el caballo y elefante
El caballo primitivo, del tamaño de un conejo, llamado eohipo, «caballo del alba», vivía en los bosques de lo que hoy es América del Norte, alimentándose de arbustos.
Tenía cuatro pezuñas o dedos, en cada una de las patas anteriores y tres posteriores. Estas patas, más flexibles que laa de una sola pezuña, servían al animalito para correr sobre el suave, húmedo y accidentado suelo cubierto de ramas y hojas de los bosques tropicales.
Pero diez millones de años después conforme los bosques se iban convirtiendo en praderas, un caballo más desarrollado, el mesojipo, del tamaño de una oveja, sustituyó al anterior.
Era más rápido, se paraba más de punta sobre sus patas delanteras. La pezuña que equivaldría al dedo meñique de nuestra mano, ya no tocaba el suelo. Este caballo tenía ahora tres pezuñas en cada una de sus cuatro patas.
Más de diez millones de años después, conforme el clima se volvía más seco y frío, el cabello en evolución, abandonaba los bosques que se iban sacando, para trasladarse a la praderas donde abundaba la hierba.
Las patas continuaron transformándose para correr más y los dedos laterales de las cuatro patas se le iban empequeñeciendo al punto que le resultaron inútiles. La pezuña del dedo medio se desrrolló más con la práctica de correr sobre el suelo compacto de las llanuras.
Los dientes se volvieron más apropiados para comer hierba.
Así llegó un millon y medio de años más tarde. a transformarse ete otro caballo, en el animal que hoy tanto admiramos por su tamaño, su fuerza, su velocidad y nobleza.
Respecto a los elefantes actuales, el estudio de los fósiles muestra, no solo que es un grupo de reciente aparición sino que ha evolucionado a partir de antepasados que apenas tenían la alzada de un cerdo actual.