Flora y fauna del período terciario
El inicio del Paleógeno, luego del término de la era mesozoica, estuvo signado por la extinción masiva conocida como Evento K-Pg, la catástrofe que extinguió a los dinosaurios y al 75 % de la vida animal.
Al principio del período terciario, entonces, predominaban las plantas resistentes, tales como los helechos y las coníferas, que eran las que habían sobrevivido a la gran extinción. Luego, aparecieron y se diversificaron las angiospermas, y por primera vez surgen las plantas con flores en el planeta. Durante el Neógeno, además, se diversificaron y extendieron los pastizales, principalmente en los lugares templados y lluviosos del planeta.
Así, durante el Paleógeno y el Neógeno la vegetación en general se multiplicó y diversificó, sobre todo durante las primeras épocas, más húmedas y cálidas. Posteriormente, los bosques empezaron a ceder terreno a zonas más secas y áridas que se formaron en el interior de los continentes.
Respecto de la fauna, nuevas especies de animales se vieron favorecidas por la extinción de los dinosaurios y pudieron desarrollarse y expandirse. Así, aparecieron las grandes aves sin vuelo (género Dyatrima y similares), durante el Paleoceno y el Eoceno, y también se diversificaron, propagaron y evolucionaron los mamíferos.
Además, en el Neógeno surgieron los primeros primates, y entre ellos los primeros homininos, antecesores del género humano. También los bovinos, antílopes, gacelas y otros mamíferos de buen tamaño florecieron durante dicho período, así como los mamíferos acuáticos, tales como las ballenas.
Sin embargo, los cambios climáticos del Terciario incidieron particularmente sobre la vida marina: entre el 30 % y el 50 % de las especies de mar se extinguieron a medida que las temperaturas oceánicas aumentaron. Asimismo, en los momentos en que la temperatura del agua descendió notablemente durante las glaciaciones, sucedieron nuevas extinciones marinas, en particular entre el Eoceno y el Oligoceno.