Período cretácico- 2
División del período cretácico.
El período cretácico se divide en dos épocas o series, las cuales abarcan seis edades o pisos:
- Cretácico inferior o temprano. Se inicia tras el cierre del período jurásico, hace 144 millones de años aproximadamente, y se extiende hasta hace unos 100,5 millones de años. Comprende las edades Berriasiense, Valanginiense, Hauteriviense, Barremiense, Aptiense y Albiense.
- Cretácico superior o tardío. Se inicia hace unos 100,5 millones de años y se prolonga hasta hace unos 65 millones de años aproximadamente. Comprende las edades Cenomaniense, Turoniense, Coniaciense, Santoniense, Campaniense y Maastrichtiense.
Geología del período cretácico
La división del supercontinente Pangea, que ya había comenzado en el período jurásico, se acentuó en el Cretácico. En un principio, solo se distinguían dos continentes, Laurasia y Gondwana, separados por el mar de Tetis. Con el avance del período, los continentes continuaron su deriva y se fueron acercando a las posiciones actuales.
El aumento del nivel de los océanos y el movimiento de los continentes contribuyeron a la formación de mares internos, lo que permitió a su vez el incremento de la humedad en gran parte del planeta. Durante el Cretácico, la superficie continental de la Tierra era de tan solo el 18 %, mientras que el 82 % correspondía al mar. En la actualidad, la superficie continental es del 29 %, lo que demuestra que durante el Cretácico el aumento del nivel del mar había sumergido enormes superficies continentales.
Se cree que el clima durante el período Cretácico fue relativamente cálido y húmedo en gran parte de la superficie del planeta. Esto se basa en la ausencia de casquetes de hielo en los polos y en los registros fósiles y paleobotánicos de la época, que muestran una gran biodiversidad terrestre y marina.
Las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero, especialmente dióxido de carbono, fueron más elevadas durante el Cretácico en comparación con los niveles actuales. Esta situación pudo haber contribuido al incremento en las temperaturas globales y a la ausencia de capas de hielo en las regiones polares.
La temperatura de los océanos también era más elevada que en la actualidad. Esto colaboró con el aumento de la humedad atmosférica del planeta y permitió el desarrollo y la expansión de especies animales de aguas cálidas en gran parte de los océanos.